Una de las mejores experiencias que tenemos como viajeros, es poder probar diferentes platos o bebidas típicas de los lugares que visitamos, así que en Marruecos, nuestro primer reto era probar el famoso Té a la menta y lo hicimos justo en uno de los lugares más emblemático de la ciudad de Tánger: El Café Hafa.
Nuestro Ferry proveniente de España llegó a Tánger a medio día, pisábamos territorio africano y una nueva cultura se abría ante nuestros ojos.
Nuestro tren con destino a Marrakech, solo saldría hasta la noche, así que después de almorzar en la medina –centro- nos tomamos el resto de la tarde para recorrer algo de esta ciudad que ha cautivado a diferentes artistas durante décadas.
A veces, cuando viajo, suelo llevar un libro de literatura que me acompañe a lo largo del recorrido, en este caso –y como se me volvió costumbre después- compré uno que tuviera que ver con el lugar a donde iba, es decir: Marruecos. Llevaba conmigo: “Memorias de un Nómada” de Paul Bowles, así que para cuando cruzamos el estrecho de Gibraltar, ya sabía de un rincón de la ciudad llamado: Café Hafa, un Café fundado en 1921 que fue frecuentado por Bowles y otros artistas que han vivido y pasado por Tánger.
Nuestro Ferry proveniente de España llegó a Tánger a medio día, pisábamos territorio africano y una nueva cultura se abría ante nuestros ojos.
Nuestro tren con destino a Marrakech, solo saldría hasta la noche, así que después de almorzar en la medina –centro- nos tomamos el resto de la tarde para recorrer algo de esta ciudad que ha cautivado a diferentes artistas durante décadas.
A veces, cuando viajo, suelo llevar un libro de literatura que me acompañe a lo largo del recorrido, en este caso –y como se me volvió costumbre después- compré uno que tuviera que ver con el lugar a donde iba, es decir: Marruecos. Llevaba conmigo: “Memorias de un Nómada” de Paul Bowles, así que para cuando cruzamos el estrecho de Gibraltar, ya sabía de un rincón de la ciudad llamado: Café Hafa, un Café fundado en 1921 que fue frecuentado por Bowles y otros artistas que han vivido y pasado por Tánger.
Cómo buena planeadora de viajes, ya tenía identificado en el mapa y en mi cabeza donde quedaba tan renombrado lugar, así que antes de que se acabará el día, fuimos en busca de él para tomarnos nuestro primer té a la menta. Subimos por una pequeña calle y bordeamos un muro blanco donde se encontraba un pequeño pórtico que tenía un letrero en madera que decía Café Hafa... el lugar se veía bastante austero comparado con el significado que podía tener para la memoria de la ciudad, pero cuando entramos era como desconectarse de un mundo allá atrás, y comprendí lo especial que podría llegar a ser un lugar como este.
El Café Hafa es bastante particular, pues está ubicado en un acantilado con vista al estrecho de Gibraltar, es un espacio abierto donde se va descendiendo por terrazas conformadas por antepechos blancos; terrazas donde se ubican las mesas y sillas que acogen de igual manera a lugareños y turistas. El Café se convierte al caer la tarde en una especie de anfiteatro donde el escenario es el mar y el telón de fondo es el azul del cielo.
Es un lugar ideal para sentarte a hablar, contemplar el paisaje y simplemente vivir el momento, obviamente acompañado de un delicioso té a la menta.
Si vas a Marruecos y vas a pasar por Tánger, no dejes de ir a este pequeño rincón lleno de historia, donde a pesar de su auge, no se ha perdido la autenticidad del lugar y de la cultura a la que corresponde.