Después de casi 4 años de vivir en Barcelona, después de mucho rogar, y ya viendo que se acercaba nuestro regreso, por fin mi madre decidió ir a visitarnos a nuestra casa.
Estábamos muy emocionados por su llegada, y la verdad hasta ese momento no entendíamos porque a nuestros amigos no les causaba tanta emoción la visita de sus padres - bueno, digamos, por quedar bien, que aún no lo entendemos. - Pero así y todo, nosotros nos esforzamos por tener todo arreglado, cada día planeado, un rigurosos listado de los lugares a los que íbamos a llevarla y por supuesto, yo ya tenía un itinerario de viaje... debíamos aprovechar su salto al charco para poder conocer varios lugares de la vieja Europa!!!
Quique no podía acompañarnos (o no sé si prefería descansar de la suegrita, y de paso de la hija) así que mi mamá y yo nos fuimos solas a andar el mundo... bueno, o por lo menos una pequeña parte de él, pero la emoción era tal que pareciera que nos embaríamos en nuestra más grande aventura. Y claro, de cierta manera lo fue... o por lo menos supongo que para mi mamá.
Y es que en ese entonces estaba acostumbrada a viajar como mochilera: maleta pequeña con lo mínimo necesario, hostales de habitación compartida, comida barata, dormidas en tren, y todas aquellas cosas que con tal de conocer otros lugares a algunos no nos importan. Pero... Llevarte en este plan a tu mamá???? qué loca.... pero así y todo lo hice, y estuvo bien, porque si hubiera sido conciente antes de esa situación, seguro no me hubiera arriesgado a tanto!!!
Pues debo reconocer, que ahora no lo haría!!!
Estábamos muy emocionados por su llegada, y la verdad hasta ese momento no entendíamos porque a nuestros amigos no les causaba tanta emoción la visita de sus padres - bueno, digamos, por quedar bien, que aún no lo entendemos. - Pero así y todo, nosotros nos esforzamos por tener todo arreglado, cada día planeado, un rigurosos listado de los lugares a los que íbamos a llevarla y por supuesto, yo ya tenía un itinerario de viaje... debíamos aprovechar su salto al charco para poder conocer varios lugares de la vieja Europa!!!
Quique no podía acompañarnos (o no sé si prefería descansar de la suegrita, y de paso de la hija) así que mi mamá y yo nos fuimos solas a andar el mundo... bueno, o por lo menos una pequeña parte de él, pero la emoción era tal que pareciera que nos embaríamos en nuestra más grande aventura. Y claro, de cierta manera lo fue... o por lo menos supongo que para mi mamá.
Y es que en ese entonces estaba acostumbrada a viajar como mochilera: maleta pequeña con lo mínimo necesario, hostales de habitación compartida, comida barata, dormidas en tren, y todas aquellas cosas que con tal de conocer otros lugares a algunos no nos importan. Pero... Llevarte en este plan a tu mamá???? qué loca.... pero así y todo lo hice, y estuvo bien, porque si hubiera sido conciente antes de esa situación, seguro no me hubiera arriesgado a tanto!!!
Pues debo reconocer, que ahora no lo haría!!!
Ya convencida mi mamá de que nos iríamos en plan barato y de que debía llevar poco equipaje, nos enrutamos en nuestro viaje, el itinerario trazado era: Ámsterdam, Bruselas, Brujas, París y Venecia.
No entraré en detalles de las anécdotas de cada ciudad (lo que iré plasmando en otros post) sino que me centraré en la experiencia de haber hecho con ella un viaje de mochila...
1ero que todo, (y uno nunca deja de sorprenderse) es que descubrí que mi mamá es más descomplicada de lo que me imaginaba, con decirles que llevó una maleta más pequeña que la mía!!!! y no es que pensara que antes fuera complicada, pero ante las circunstancias debo decir que me impresionó.
Y es que se comportó a la altura de cualquier viajero independiente: no puso peros por los hostales donde debía compartir habitación con personas de otras edades y géneros; no le importó sentarse en una plaza a comerse un sandwich porque era más barato; no le dolió nada de caminar y caminar para ahorrarse un tiquete de metro; no le importó dormirse tarde cuando está acostumbrada a acostarse temprano; no se preocupó si iba a viajar en tren, en bus o en avión; no se aterró de visitar una de las ciudades más liberales del mundo, aunque se asustó con una prostituta mientras contemplaba inocente en su vitrina un osito de peluche; no se arrugó por no saber otro idioma, y lo peor, tampoco porque yo no supiera otro...; no puso reparo a comer en un Subway o en un Mac Donald´s aunque no le gusta la comida chatarra; no le importó tener que compartir un postre porque el presupuesto no daba para más; ni dormir en una litera de 60 centímetros en vagón con 2 chuchientos!!!!*
*Dísece en colombiano de personas que tienen chucha, es decir mal olor en la axilas.
Y lo mejor de todo es que se tomó con naturalidad todas las adversidades, se le rompieron los zapatos, se le quebró un audífono y se le dañaron las gafas, pero a pesar de quedar casi ciega, sorda y coja, se disfrutó el viaje al máximo, viviendo cada instante de una manera especial, viviendo el presente, sabiendo que viajar son esos regalos de la vida que no siempre se repiten!!!
La cuidé por 15 días; no dormí velando su sueño: me preocupé porque a pesar del presupuesto, comiera bien... y debo reconocer que todo estuvo maravilloso!!!! Es más, ahora no sé si lo guerrera se lo heredé a ella....
Annie.
La cuidé por 15 días; no dormí velando su sueño: me preocupé porque a pesar del presupuesto, comiera bien... y debo reconocer que todo estuvo maravilloso!!!! Es más, ahora no sé si lo guerrera se lo heredé a ella....
Annie.