Habíamos pasado nuestro primer día de África, caminando por las calles de Tánger, ya había llegado la noche y con esto la hora de abordar nuestro primer tren con destino a la ciudad de Marrakech. Pasaríamos la noche viajando, cosa que no nos parecía tan descabellada, seguro dormiríamos un poco y a la mañana siguiente estaríamos recargados para conocer la ciudad que nos esperaba.
Pero los percances que acompañan a cualquier viajero, no se hicieron esperar. Al llegar a la estación, las puertas estaban cerradas y en un hall de 10 por 10 metros, había una gran cantidad de gente, no sabíamos que pasaba, lo único que sabíamos es que necesitábamos entrar para tomar nuestro tren.
Los lugareños alegaban, y nosotros también - aunque solo entre nosotros - pues no entendíamos nada de lo que estaba sucediendo.
Después de casi una hora y de que nos revisaran los tiquetes, logramos entrar. Estábamos orgullosos de haberlo logrado; solo que al instante nos pusimos a reflexionar, y ya no sabíamos que era peor: si estar afuera anhelando entrar o adentro encerrados con mas de un centenar de personas esperando a que abrieran las puertas para salir al anden de abordaje.
Ya una vez allí, no podíamos hacer nada, el tren estaba retrasado y al parecer todos esperábamos el mismo, así que nos hicimos en una esquina a “disfrutar” de la diversidad que la escena nos ofrecía.
Había lugareños y varios turistas, entre ellos un pequeño grupo de ingleses con guitarra en mano comenzó a amenizar el encierro.
El tiempo pasaba, el tren no llegaba y el ambiente se ponía tenso.
Pero los percances que acompañan a cualquier viajero, no se hicieron esperar. Al llegar a la estación, las puertas estaban cerradas y en un hall de 10 por 10 metros, había una gran cantidad de gente, no sabíamos que pasaba, lo único que sabíamos es que necesitábamos entrar para tomar nuestro tren.
Los lugareños alegaban, y nosotros también - aunque solo entre nosotros - pues no entendíamos nada de lo que estaba sucediendo.
Después de casi una hora y de que nos revisaran los tiquetes, logramos entrar. Estábamos orgullosos de haberlo logrado; solo que al instante nos pusimos a reflexionar, y ya no sabíamos que era peor: si estar afuera anhelando entrar o adentro encerrados con mas de un centenar de personas esperando a que abrieran las puertas para salir al anden de abordaje.
Ya una vez allí, no podíamos hacer nada, el tren estaba retrasado y al parecer todos esperábamos el mismo, así que nos hicimos en una esquina a “disfrutar” de la diversidad que la escena nos ofrecía.
Había lugareños y varios turistas, entre ellos un pequeño grupo de ingleses con guitarra en mano comenzó a amenizar el encierro.
El tiempo pasaba, el tren no llegaba y el ambiente se ponía tenso.
De repente dijeron algo en árabe y todos los lugareños se pararon y se conglomeraron en las puertas de salida; luego hablaron en francés, y ahí medio entendimos que llegaba nuestro tren, así que también nos alistamos para salir; luego hablaron en inglés y ahí si el resto de gente también se paró.
Por lo menos habíamos quedado en la segunda capa.
Cuando las puertas se abrieron todo el mundo salió cual ganado, pero como estaba lloviendo, salimos fue a buscar refugio, así que ahora eramos la misma cantidad de gente, distribuidos a lo largo del anden, pero conglomerados en grupos tratando de no mojarnos bajo unas estrechas cubiertas que había.
Por fin el tren llegó... y creo que aún no se había detenido cuando ya se estaba produciendo un forcejeo para entrar a él.
La ley del más fuerte prevalecía, pero nosotros algo inocentes, no vimos la necesidad de caer en ese juego, seguro que había puesto para todos!!!
Pero estábamos equivocados, así que nos quedamos sin lugar.
El estrecho pasillo nos acogió, y debido a que nos esperaban 10 horas de recorrido, era mejor que nos adaptáramos rápidamente.
Afortunadamente a las 4 horas ya se había bajado gente y pudimos tomar asiento.
Hacía frio, así que las ganas de entrar al baño no se hicieron esperar.
Tenía que ir y ya no me quedaba de otra, así que para eso debía atravesar el vagón hasta el final y entrar, debía pasar por un grupo grande de hombres lo cual me producía algo de intranquilidad.
Una vez adentro del baño me sentí segura, pero entonces aparecieron otras variables.
Tuve que doblarme los pantalones para que no se me mojarán y literalmente no sabía de donde agarrarme, pues las paredes tenían el mismo acabado de los pisos: una sútil mezcla de agua, orines y m... que le dieron un toque bastante trascendental a mi curriculum de baños.
Al salir, tuve que ir arrastrando los pies por el pasillo para limpiar mis zapatos, aquel mismo pasillo que nos había acogido por 4 horas, y donde quizás al día siguiente se sentarían unos pobres infelices que como nosotros se quedaran sin puesto.
Yo uso una frase muy frecuente que me ayuda a la adaptabilidad en esteos casos y es que: Todo hace parte del paseo!!! Así que he aquí una anécdota más!!!
Como nota curiosa: Me tocó entrar otras 2 veces mas!!!!
Comenta si te gustó el post o si te ha pasado algo similar. Yo también quiero escuchar tus anécdotas...
Hacía frio, así que las ganas de entrar al baño no se hicieron esperar.
Tenía que ir y ya no me quedaba de otra, así que para eso debía atravesar el vagón hasta el final y entrar, debía pasar por un grupo grande de hombres lo cual me producía algo de intranquilidad.
Una vez adentro del baño me sentí segura, pero entonces aparecieron otras variables.
Tuve que doblarme los pantalones para que no se me mojarán y literalmente no sabía de donde agarrarme, pues las paredes tenían el mismo acabado de los pisos: una sútil mezcla de agua, orines y m... que le dieron un toque bastante trascendental a mi curriculum de baños.
Al salir, tuve que ir arrastrando los pies por el pasillo para limpiar mis zapatos, aquel mismo pasillo que nos había acogido por 4 horas, y donde quizás al día siguiente se sentarían unos pobres infelices que como nosotros se quedaran sin puesto.
Yo uso una frase muy frecuente que me ayuda a la adaptabilidad en esteos casos y es que: Todo hace parte del paseo!!! Así que he aquí una anécdota más!!!
Como nota curiosa: Me tocó entrar otras 2 veces mas!!!!
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