Florencia, Agosto 9 de 2009
Tengo que reconocer que la peor noche de mi vida no la he tenido en un viaje, pero cuando viajamos cada instante es una sorpresa, y lo que nos depara la noche, siempre es un misterio…
En el verano de 2009 hicimos con Quique un viaje por la bella Italia, ya llevábamos 8 días de tour y el turno para pernotar esa noche era la ciudad de Florencia.
A medio día llegamos a nuestro hostal, dejamos nuestras maletas y salimos en busca de algo para almorzar.
Este día habíamos madrugado mucho, pues nuestro tren desde Nápoles había salido muy temprano, así que después de almorzar decidimos volver al hostal y descansar un rato.
Como les dije era agosto, así que el calor que hacía era infernal, decidimos abrir las ventanas de par en par para poder refrescarnos un poco, desde allí se veían los lindos tejados que adornan la ciudad del renacimiento… y ante esta visual, nos quedamos dormimos.
A las seis de la tarde que ya había bajado el sol, salimos a caminar. Como era verano oscurecía tarde, así que aún teníamos tiempo antes de que anocheciera.
Fuimos al Duomo, a la plaza de la signora y subimos hasta el mirador de Miquel Angelo para ver el atardecer.
Bajamos para atravesar el puente Vecchio y seguir por toda esa calle hasta el hotel.
Tengo que reconocer que la peor noche de mi vida no la he tenido en un viaje, pero cuando viajamos cada instante es una sorpresa, y lo que nos depara la noche, siempre es un misterio…
En el verano de 2009 hicimos con Quique un viaje por la bella Italia, ya llevábamos 8 días de tour y el turno para pernotar esa noche era la ciudad de Florencia.
A medio día llegamos a nuestro hostal, dejamos nuestras maletas y salimos en busca de algo para almorzar.
Este día habíamos madrugado mucho, pues nuestro tren desde Nápoles había salido muy temprano, así que después de almorzar decidimos volver al hostal y descansar un rato.
Como les dije era agosto, así que el calor que hacía era infernal, decidimos abrir las ventanas de par en par para poder refrescarnos un poco, desde allí se veían los lindos tejados que adornan la ciudad del renacimiento… y ante esta visual, nos quedamos dormimos.
A las seis de la tarde que ya había bajado el sol, salimos a caminar. Como era verano oscurecía tarde, así que aún teníamos tiempo antes de que anocheciera.
Fuimos al Duomo, a la plaza de la signora y subimos hasta el mirador de Miquel Angelo para ver el atardecer.
Bajamos para atravesar el puente Vecchio y seguir por toda esa calle hasta el hotel.
En el camino compramos una piza con gaseosa y comimos en el hotel, con esto concluíamos nuestro día y nos dispusimos para descansar.
PERO… (y conste que no somos complicados, pero cuándo aparece un pero, por algo es…) el calor que hacía era terrible y no sabíamos ni que hacer, sudábamos y el bochorno se apoderaba de nosotros.
La habitación no tenía ventilador (recuerden que en este tipo de viaje la economía prima, y las incomodidades sobran… jajajaja), así que cada uno decidió ducharse para refrescarse un poco…
Pero lo peor, aún estaba por venir…
Pues ya próximos a dormirnos, sentimos un zancudo… lo primero que hicimos fue decidir cerrar la ventana.
De repente ya no se escuchaba un zancudo, sino varios zancudos, se escuchaban, se veían y obviamente nos picaban!!!!
Así que muy tranquilamente nos dispusimos a matar a ese par de zancuditos que nos importunaban y volver a la cama.
Pero vaya sorpresa cuando Quique golpea la pared con un zapato y nos damos cuenta de que ya estaba marcada con varias huellas, seguro otros huéspedes de días anteriores que ya habían pasado por lo mismo.
Después de las huellas empezamos a detectar puntos rojos en varios lugares, seguro zancudos que días anteriores habían acechado a huéspedes como nosotros… Ante esto… el panorama no era muy alentador!!!
Y efectivamente, no lo fue…
Después de que Quique aniquilara el primero, llegó el segundo, luego el tercero y luego ante semejante situación empecé a intervenir yo en busca del cuarto. Pero no hay quinto malo, ni sexto que se escape…
De repente la habitación se convirtió en un campo de batalla. Ya era una competencia entre Quique y yo, a ver cual mataba más!!!! En estas nos dieron las 4 de la mañana y alcanzamos a dar de baja a más de 15!!!!
El cansancio nos venció y arropados hasta la cabeza solo esperábamos que amaneciera para poder salir!!!!
Fue una noche muy dura, pero nuestro único consuelo era saber que por lo menos estos zancudos eran descendientes de los mismos zancudos que habrían picado nada más ni nada menos que a Dante Aligheri o a Miguel Ángel!!!!
No dormimos más de dos horas y al día siguiente exigimos que nos dieran un ventilador, el cual yo creo iban rotando según los huéspedes se quejaran!!!
He tenido varias noches duras cuando he viajado, pero esta vale la pena decir que se lleva el premio!!!
Y tú has tenido una noche similar??? Cual ha sido tu peor noche mientras viajas??? Cuéntame tu historia…