Para los arquitectos, viajar hace parte de nuestro proceso formativo, siempre vamos recorriendo los lugares que visitamos buscando esas obras que nos llaman la atención, relacionándonos con sus espacios y aprendiendo de lo que percibimos y observamos.
A veces –muchas veces- nos desviamos de las rutas turísticas en busca de un edificio que nos interesa o de la obra de algún arquitecto en particular.
Para nosotros la Arquitectura es una manera de ver el mundo.
A veces –muchas veces- nos desviamos de las rutas turísticas en busca de un edificio que nos interesa o de la obra de algún arquitecto en particular.
Para nosotros la Arquitectura es una manera de ver el mundo.
Hoy les voy a contar nuestra historia de cuando fuimos a visitar uno de los iconos más representativos de la arquitectura moderna, una pequeña capilla ubicada en un pequeño pueblo del oeste de Francia llamado Ronchamp.
Y es que yo me pregunto – o no se si será que solo me pasaba a mi –
Quién no ha soñado con conocerla?
Quien cuándo estudiaba en la universidad no la veía cómo algo tan lejano?
Pues para mi ir a verla era un sueño, así que en nuestro viaje a Francia del 2008 decidimos trazar una ruta para ir tras las obras de este gran arquitecto.
Hoy les voy a contar nuestra historia de cuando fuimos a visitar uno de los iconos más representativos de la arquitectura moderna, una pequeña capilla ubicada en un pequeño pueblo del oeste de Francia llamado Ronchamp.
Y es que yo me pregunto – o no se si será que solo me pasaba a mi –
Quién no ha soñado con conocerla?
Quien cuándo estudiaba en la universidad no la veía cómo algo tan lejano?
Pues para mi ir a verla era un sueño, así que en nuestro viaje a Francia del 2008 decidimos trazar una ruta para ir tras las obras de este gran arquitecto.
Charles-Edouard Jeanneret - Le Corbusier
Estábamos en París y nuestro tren salía a las 7:00 de la mañana, era semana santa y aún se demoraba un poco en salir el sol, así que esas madrugadas suelen ser más difíciles, pero un gran día nos esperaba y eso hacía que valiera la pena.
Nos levantamos a las 6:00, nos arreglamos y fuimos caminando hasta la estación, nos ubicamos en la vía asignada y a las 7:00 en punto partía nuestro tren con rumbo a “Vesoul” cuyo viaje duraría 3 horas y media. En Vesoul debíamos esperar 2 horas para tomar otro tren que en 30 minutos nos enlazaría con “Ronchamp”.
Luego de esas 2 horas abordamos un tren pequeño, del tamaño de un bus más o menos, que nos llevó hasta Ronchamp. Yo iba muy emocionada, pero me preocupaba que ya casi era la hora de llegada y no se veía ningún pueblo a la vista.
De repente el tren se detuvo en medio de la nada, anunció su parada, las puertas se abrieron y un desolado paisaje se mostró ante nuestros ojos… Casi por inercia nos bajamos, pero no sabíamos si estábamos en el lugar indicado… las puertas de tren se cerraron y partió!!
Dónde estábamos?
Lo único que nos daba confianza es que una chica oriental se había bajado con nosotros, porque eso sí, algo que aprendimos en este viaje es que definitivamente a los orientales les encanta Le Corbusier, pues sus obras siempre estaban llenas de gente que venía de este lugar del planeta.
Sin embargo no sabíamos si aquella estación fantasma era o no Ronchamp.
Afortunadamente más adelante había un pequeño letrero así que pudimos relajarnos.
Los tres – nosotros dos y la oriental – comenzamos a caminar sin rumbo hacia adelante, hacia lo desconocido.
Al fondo se veía un pueblo… pero no se veía gente…
Al rato, nos encontramos un lugareño - de los 4 que habremos visto – y le preguntamos cómo llegar a la capilla. Seguimos sus indicaciones y comenzamos a subir la cuesta hacia lo alto de la colina.
Nosotros llevábamos nuestras mochilas de viaje a cusestas, así que nuestro paso era lento, lo cual nos obligo a tener que hacer un par de paradas en el camino y observar la capilla desde lejos…
Yo flipaba, me parecía mentira estar ahí tan cerca, y de paso comenzó a nevar y pues, en medio de mi ignorancia tropical me puse más feliz todavía!!! Claro, con un frío el Berraco, pero al fin y al cabo FELIZ!!!
Nuestra compañera japonesa iba más liviana y por lo tanto iba más adelante, pero de vez en cuando paraba y se hacía la que tomaba una foto hacía atrás, pero la verdad yo creo que era para ver con su lente si nosotros seguíamos ahí y saber que nos estaba sola en medio de ese camino en un bosque nebuloso!!
Después de 40 minutos caminado con 7 kilos en la espalda, llegamos a la capilla, pagamos la entrada y nos permitieron dejar ahí las maletas, asi que más ligeros nos dispusimos a recorrer la Capilla y sus alrededores,
Hicimos todo el ritual de acercamiento y la contemplamos primero desde afuera y luego desde adentro.
Vimos por fuera su altar, diseñado para dar misa al aire libre, sus campanarios, su particular cubierta y sus lucernarios que le agregan misticismo a la manera en como se ilumina el espacio.
Me senté un rato en una banca simplemente a contemplar este hermoso espacio, y tengo que confesar que casi – solo casi – hasta pensé en convertirme y ser creyente.
Al terminar nuestra visita nos refugiamos de la nieve en un albergue que recibe a los visitantes y nos tomamos un chocolate caliente mientras podíamos bajar.
Cuando escampó, bajamos al pueblo para buscar algo de comer.
Era un día entre semana, pero parecía festivo y en vacaciones, pues no se veía ni un alma deambulando las calles y todo estaba cerrado…
Afortunadamente encontramos una desadaptada crepería que estaba abierta y aprovechamos para almorzar - cenar antes de volver a la estación.
A las 6:15 de la noche, salía nuestro tren a “Belfort” donde después tomaríamos otro con destino a Lyon, con una duración de 3 horas y media.
Llegamos a “Belfort” a las 6:40 p.m y como solo contábamos con 7 minutos para hacer conexión, muy rápidamente nos instalamos en el anden a esperar nuestro próximo tren, era un alivio ya estar ahí, solo nos quedaba abordar, llegar a lyon y descansar después de este maravilloso día.
Qué podría salir mal?
Hacía muuuucho frío, así que menos mal el tiempo de espera no era mucho…
Pero se nos olvidaba un pequeño detalle… qué estábamos en Francia!!!
Y no sé si es impresión mía o que?! pero casualmente las veces que he ido –sin excepción- he tenido inconvenientes con los trenes, siempre hay huelga, o hay paro o lo que se les ocurra para no funcionar.
Y pues bueno, esta vez fue igual.
Primero anunciaron un retraso de 15 minutos –que frio-.
Después un retraso de media hora más – hacía más frío –.
Y a los 30 minutos anunciaron de nuevo un retrazo ahora de 45 minutos – que frío tan hijue…¢%#@&… -
Para cubrirnos un poco decidimos entrar al hall de la estación, el cual no era muy grande, pero seguro que por lo menos estaríamos más protegidos de la intemperie.
Una vez ya ahí instaladaos y resignados a esperar otros 45 minutos, anunciaron un retraso INDEFINIDO!!!!!
Queeeeeeeee???
No lo podíamos creer… ya nisiquiera alcanzaríamos a tomar el metro cuando llegaramos a Lyon!!!
Al poco rato en la estación encendieron unas estufas, eran unos cilindros con resistencia que proporcionaban calor y al cual como vil atrapamoscas fui a dar.
Cuando escampó, bajamos al pueblo para buscar algo de comer.
Era un día entre semana, pero parecía festivo y en vacaciones, pues no se veía ni un alma deambulando las calles y todo estaba cerrado…
Afortunadamente encontramos una desadaptada crepería que estaba abierta y aprovechamos para almorzar - cenar antes de volver a la estación.
A las 6:15 de la noche, salía nuestro tren a “Belfort” donde después tomaríamos otro con destino a Lyon, con una duración de 3 horas y media.
Llegamos a “Belfort” a las 6:40 p.m y como solo contábamos con 7 minutos para hacer conexión, muy rápidamente nos instalamos en el anden a esperar nuestro próximo tren, era un alivio ya estar ahí, solo nos quedaba abordar, llegar a lyon y descansar después de este maravilloso día.
Qué podría salir mal?
Hacía muuuucho frío, así que menos mal el tiempo de espera no era mucho…
Pero se nos olvidaba un pequeño detalle… qué estábamos en Francia!!!
Y no sé si es impresión mía o que?! pero casualmente las veces que he ido –sin excepción- he tenido inconvenientes con los trenes, siempre hay huelga, o hay paro o lo que se les ocurra para no funcionar.
Y pues bueno, esta vez fue igual.
Primero anunciaron un retraso de 15 minutos –que frio-.
Después un retraso de media hora más – hacía más frío –.
Y a los 30 minutos anunciaron de nuevo un retrazo ahora de 45 minutos – que frío tan hijue…¢%#@&… -
Para cubrirnos un poco decidimos entrar al hall de la estación, el cual no era muy grande, pero seguro que por lo menos estaríamos más protegidos de la intemperie.
Una vez ya ahí instaladaos y resignados a esperar otros 45 minutos, anunciaron un retraso INDEFINIDO!!!!!
Queeeeeeeee???
No lo podíamos creer… ya nisiquiera alcanzaríamos a tomar el metro cuando llegaramos a Lyon!!!
Al poco rato en la estación encendieron unas estufas, eran unos cilindros con resistencia que proporcionaban calor y al cual como vil atrapamoscas fui a dar.
Por fin a las 10:30 p.m nos hicieron abordar un tren que nos llevaría a Lyon.
Por ratos dormíamos, por ratos leíamos, y por ratos nos calentababos el uno al otro.
Media hora antes de llegar nos repartieron a cada pasajero una caja con comida y una nota pidiendo disculpas por el impase.
A las 2 de la mañana llegamos a Lyon e inmediatamente nos sacaron de la estación, así que sin más remedio nos tocó tomar un taxi que nos llevara a nuestro destino final.
El día no terminó como esparabamos, pero esta cosas suelen suceder cuando se viaja y terminan siendo parte después de esos buenos recuerdos.
No importa lo que pase,
Viajar vale la pena,
Salirse de la ruta vale la pena y
Ver buena arquitectura… vale la pena!!!